Tras un supermegaexitoso primer post, Adell me ofreció más sexo. Yo no podía negarme, así que he decidido que esta vez voy a comentar un RPG en español disponible para PlayStation y cualquier sistema que pueda emular a la consola de Sony: Wild Arms (PSX, 1996).
El juego nos ofrece a tres protagonistas que deberán destruir un antiguo mal que ha
resurgido por la caída de los dioses actuales. Tópico, ¿eh?. Pues lo siento,
pero esto no es más que el principio. El sello que cierra Wild Arms no es más
que una forma de presentar a un juego original como pocos.
En 1996, plena era de oro de los RPG. ¿Cómo sobresalir con
tanta competencia? Innovando. Y es que, sin contar quizás a Live A Live de
SNES, Wild Arms es el único RPG ambientado en el salvaje oeste. Vale que es un
salvaje oeste un poco descafeinado… La temática, diseño y OST son las que
puedas ver en un Western, pero las situaciones son típicas de los RPG. Podría
haber alguna misión en la que rescatáramos un tren de los indios o algo. Yo lo
hubiera agradecido.
Venga, pasemos a hablar de los gráficos prerende… Aaaaaaaaa
pillines. No, siendo de PSX Wild Arms no usa gráficos prerenderizados, si no
que presenta todo bajo sprites. Aunque cuando digo todo quiero decir todo menos
los combates, ya que estos se presentan en unos bonitos gráficos 3D con unos
modelados que tiran un poco al chibi (En la medida de que son pequeñitos y muy
redonditos. Tiran a lacasito). Así a primera vista el apartado pinta muy
bonito, y lo es, ya que los enemigos tienen diseños muy muy originales. Lo malo
es que igual podía explotar más la potencia de PSX ofreciendo efectos de
batalla mejores.
Antes dije que la
OST era bastante western… Y así es. El trabajo de Michiko
Naruke está muy influido por las composiciones de Ennio Morricone, el
compositor tras “El bueno, el feo y el malo” y otros spaghuetti western. Los
parecidos son bastantes: Instrumentos muy sureños (Un banjo, por ejemplo) e
incluso silvidos. La OST
es realmente buena: Nadie pensaría que en un título tan de 2º línea se
escondería una OST tan grande. Variedad, complejidad… Aunque todo ello bañado y
diseminado por unos efectos de sonido cutres y algunos molestos.
El sistema de combate es tipicorro por turnos, con tres personajes con
habilidades predefinidas y distintos. Para mejorar el combate tendrás una barra
que conforme se llene irás soltando ataques más fuertes u otras habilidades,
según cuanto se llene. No da muchas opciones el combate y tiene algunas trampas
que sirven para ser inmortal fácilmente, pero es entretenido. Lo mejor son las
mazmorras, en las cuales usarás los objetos que portan los personajes: Desde
bombitas a ganchos, con un estilo muy zeldero. En ocasiones tendrás que llevar
a cada personaje individualmente por caminos distintos. Las mazmorras son de la
mejor parte del juego.
La trama, aunque con pocos diálogos y poca profundización en
los personajes, tiene giros muy interesantes. En especial una escena me dejó
impresionado de lo original que era. Las influencias de Tales of Phantasia son
indudables en la trama, pero esta no es en ningún momento plagio ni mucho
menos. Además, el relleno es inexistente o casi inexistente, cosa que se
agradece y se desarrolla bastante bien, sin tener tiempos muertos.
Resumen para vagos: Wild Arms es un título muy personal.
Tiene cosas que son simplemente magníficas y otras tantas que se podrían
mejorar mucho ya que quedan muy cutres. Si quieres disfrutar de 30h de música
impresionante y mazmorras entretenidas, adelante, pruébalo. Si no te gusta no
te devolveré el dinero. ¡¡MUAJAJAJA!!
Recuerda que tú también puedes escribir tus propios comentarios sobre algún RPG que te guste (o no), te haya marcado o, simplemente, hayas jugado últimamente poniéndote en contacto con nosotros en:
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